El 21 de Marzo es el Día Internacional de la Poesía. O eso dice el amigo Twitter. (Por cierto, que si no lo sabes te lo digo: ¡ya estamos en Twitter! @a-ta-no). Para celebrarlo, te dejo un fragmento de una canción relacionada con la primavera, a ver si sabes cuál es… Si no, no te preocupes, te lo digo al final del post.
Y además, no estaría mal recordar un poco los orígenes de la poesía. La palabra, como ya sabrás, es de origen griego, pero… ¿para los griegos significaba lo mismo que para nosotros? ¿qué diferencias hay entre los versos griegos y lo que nosotros entendemos por poesía?. Ahora te lo cuento.
La hermosa palabra Poesía
deriva del término griego ποίησις «poiesis» que es la acción, la creación llevada a cabo por un «hacedor» o poeta, el «poietes». No hace falta que te explique lo que es la poesía para nosotros hoy día. Pero sí te voy a explicar lo que significaba para los griegos la «poesía».
- En un primer momento se refería al concepto que nosotros tenemos de literatura, con la salvedad que su literatura tradicionalmente no estaba pensada para ser escrita, sino para ser escenificada o recitada ante un público. Y es curioso que nosotros derivemos literatura de «letra«, y la «literatura» de los griegos estuviera más relacionada con la palabra. Es un tinte diferenciador interesante. Y tiene sus consecuencias: no estaba pensada para ser escrita, pero sí para ser conservada. Conservada por la memoria.
Y aunque como toda literatura tenía un gran componente social, con subgéneros y formas según cada situación, en general tampoco era compuesta para ser entendida tal cual por todos los públicos.
Se escribía con un nivel de seriedad (y en algunos casos complejidad) que delata un público objetivo de cierto nivel intelectual.
Y gracias a esta característica (según mi opinión) de centrarse en la palabra encontramos una tradición literaria griega -antigua y helenística- escrita en verso: usada en ocasiones sociales, con un público relativamente refinado, formas cerradas pero suficientemente flexibles como para poder improvisar o cambiar versos y, en algunos casos, incluso para recordarlos. Unos versos, como comprenderás, diferente al que nosotros conocemos actualmente. No sólo porque la rima no fuera uno de sus recursos, sino porque la dualidad de algunas vocales de ser largas y cortas y cambiar además su longitud según las circunstancias dentro del verso les confiere mucho más juego.
Su verso
tiene unos esquemas y unas normas centrados en el ritmo, en los metros y en la entonación. Recuerda que muchas composiciones no sólo se recitaban, sino que se unía a melodías con instrumento, y en muchos casos además se bailaban y/o tenían coro. Seguramente el metro y la entonación tenían vinculación con aquello que querían transmitir, pero es una pena que sobre todo la entonación se nos quede tan lejana que apenas podemos ya distinguir lo que nos quieren hacer sentir los fríos textos escritos. Sin una puesta en escena, nos perdemos gran parte del esfuerzo de los poetas y de lo que quieren transmitir.
- Esto nos lleva al momento en que Platón comienza a poner orden en los géneros. Aristóteles remata esta tarea en su Poética, un escrito que ha sido crucial casi hasta el siglo XVIII (fue más conocida la Retórica de Horacio, influenciada sin duda por la Poética de Aristóteles, que se desconoció hasta siglos después de su puesta por escrito). No te voy a hablar aquí de las divisiones de cada uno, puedes dirigirte a los links que te dejo y ahí encontrarás casi todo lo que necesitas.
Termino la reflexión diciéndote que lo que nosotros entendemos por «poesía» se parece al término de lírica de los griegos (a grandes rasgos y con diferencias grandes también, pero por que te hagas una idea).
Bueno, ¿ya sabes cuál es el fragmento que te he puesto?. Pues es la primera estrofa de la Canción de la golondrina.
«Ya vino, ya vino la golondrina,
el buen tiempo trayendo
y las buenas sazones,
por el vientre tan blanca
por el lomo tan negra».
La traducción es de Agustín García Calvo. Lo he cogido prestado de uno de mis libros favoritos y que te recomiendo, «Documenta selecta ad historiam linguae graecae inlustrandam» de Jose María Egea.
¡Espero que lo disfrutes!