Lo quiera Varufakis o no, la realidad es que casi todos vemos la votación de mañana como un sí o un no a continuar perteneciendo a la UE.
Si no fuera así, no habría razón para que Tsipras amenace con irse si sale sí. Habría hecho algo realmente democrático: dejar al pueblo griego decidir si acepta las condiciones de un acuerdo o no.
Saliera una cosa o la otra, no tendría por qué irse. ¿Alguien pensaba que resolvería el problema en seis meses?.
Mañana sabremos si los griegos votaron «sí» al cambio con Tsipras, pero constataremos si tanto cambio que querían como para cobrar sus pensiones en un dracma (o similares) que tendrá un valor presumiblemente ridículo. Sin embargo, a los jóvenes desempleados griegos, seguramente esto les traerá un poco al pairo. Como digo mañana veremos.
De cualquier forma, lo que ocurra en la votación no será, obviamente, una salida precipitada del euro. Traerá primeras consecuencias políticas y económicas que veremos inmediatamente. No son fáciles de anticipar, pero todos imaginamos que así será.
En caso de que una de ellas sea una asumible salida de Grecia de la UE (más bien me inclino que por parte de Grecia, por el poco interés de los partidos miembros que perderán el dinero prestado si se larga sin pagar, como por las medidas que se les quiere imponer y que a la vista está que no les ayudan a nada realmente), los mercados lo notarán en poco tiempo.
Nada bueno para España (y otros) si no se llega a un acuerdo de alguna manera y se evita además la salida. Si bien es cierto que España no es Grecia, que para eso tiene otro nombre, la realidad es que las miradas se volverán hacia aquí si Grecia impaga, o si se va impagando. Lo harán con razón o sin razón, pero lo harán.
Pero al final quienes tienen más que ganar o perder o son los griegos. He visto una marea de peticiones por internet del «no» en la consulta de mañana. Y me viene a la cabeza ese consejo de no hacer caso a la opinión de quien no va a sufrir las consecuencias de tu decisión final. Por muy buena voluntad que lleven esas opiniones, cosa que yo no pongo en duda. Votando «no», parece que Grecia se encara contra una Troika que le ha prestado capital para ir saliendo del paso imponiendo medidas prácticamente inútiles para que el país salga adelante y pueda crear riqueza para pagar deudas. Ha dado más bien la impresión de que «te dejo el dinero pero me lo devuelves rapidito aunque mis medidas no te sirvan de nada». Y es que la gente anda con muchas ganas de encarar. Es normal.
Pero para los griegos las consecuencias son inimaginables a medio plazo. A corto, no contar con más financiación que permita a la gente, por lo menos, sacar su dinero para sus cosas normales, como pagar nóminas o alquileres. No sé cómo van a salir de eso, pero tendrán que hacerlo solos.
A medio o largo, ver si por impagar, se le imponen sanciones, tipo boicots o vetos en la UE. Y ni hablar ya de sacarlos del Euro. Eso sí, se acabaron también las imposiciones de la Troika. Y si Tsipras y compañía realmente tienen buenas medidas para salir de ésta, quizá sea hasta mejor.
Y todo de momento con la frente bien alta. Y un país a levantar pasándolo mal una buena temporada.
Con un «sí»… Pues lo de siempre, las burlas, las desconfianzas, las imposiciones aplastantes… Pero posiblemente con dinero para sobrevivir a corto plazo hasta que se cierre el grifo. o hasta que Grecia decida salir por su propio pie del euro.
No lo sé, es un tema complicado.
Pase lo que pase, habrá que ver si sale un «sí», y Europa continúa estirando la goma hasta ver cuándo se rompe. Porque, siendo sinceros, creo que el dinero prestado es más que asumible contarlo como fallido, pero no lo harán. No se quedarán sin su dinero, y sin ver qué pasa cuando a un país miembro se le pone contra las cuerdas y se le exprime hasta el extremo.
Supongo que de alguna manera se alcanzará acuerdo. Sólo me apeno por los griegos, que a pesar de querer cambio, no han tenido unas reformas auténticamente eficientes para aliviar el paro y otros grandes problemas del día a día.
A ver qué pasa mañana.